Este tipo de bizcocho es idóneo tanto para relleno como para tomarlo solo sin nada más que el propio bizcocho. En caso de que lo destinemos como base de relleno para una tarta procederemos a mojarlo con un almíbar bien espeso y poco aromatizado ya que de lo contrario el sabor de la almendra se puede difuminar con otros aromas más potentes.
LO QUE NOS HACE FALTA
Un molde redondo, una brocha de pastelería, un bol para la
mezcla y una túrmix pequeña.
Ingredientes.
4 huevos pequeños (53 – 63 g)
2 yemas de huevo
200 gr. de leche
200 gr. De aceite de oliva
200 gr. De azúcar
125 gr. De harina
100 gr. De harina de almendra
50 gr. De margarina
1 sobre de levadura royal
2 yemas de huevo
200 gr. de leche
200 gr. De aceite de oliva
200 gr. De azúcar
125 gr. De harina
100 gr. De harina de almendra
50 gr. De margarina
1 sobre de levadura royal
Calentaremos la margarina y con la ayuda de la brocha
pintaremos todo el interior del molde, la dejaremos enfriar un poco y
embadurnaremos el molde con algo de harina. Seguidamente retiraremos del molde
la harina sobrante y lo reservaremos hasta su uso. Precalentar el horno a 170º.
Elaboración
En un bol ponemos los
huevos, las yemas, leche, aceite, azúcar, harina, harina de almendra, y la
levadura y lo trituramos todo hasta que todos los ingredientes hayan creado una
crema un tanto espesa.
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